Mira, una casa más que posee el banco. Para qué?
No, no solo están quitando la casa, están quitando un hogar, están quitando los sueños, están quitando recuerdos.
Porque una casa, sí, es solo una casa. Pero cuando una casa se ha convertido en un hogar, el concepto cambia.
Tú, yo, nosotros, ellos... trabajamos duro, para algún día encontrar un lugar donde compartir nuestro futuro con esas personas que queremos.
Conseguimos ahorrar y decidimos a ir a un banco sin escrúpulos y nos conceden la hipoteca porque España VA MUY BIEN.
Conseguimos hacer de esos metros cuadrados algo personal, compartimos con amigos, familiares, nuestra humilde morada, de llena de recuerdos, llena de momentos únicos, llena de seguridad. Porque es nuestro terreno. Es nuestro futuro.
Y un día te quedas sin trabajo, te dan un paro de mierda, se te acaba el paro, te dan una ayuda de 426 euros. Y tienes que elegir, comer o pagar la hipoteca.
Y te acabas acordando del señor con corbata del banco, el que sonreía, el que te decía: sí, esto es tuyo, como si tuvieses en tus manos el elixir de la vida eterna.
Qué ingenuidad!!
Y todo porque según ellos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.
Y todo porque según ellos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.
